Hace un tiempo compartí lo que consideraba tres grandes oportunidades comunicacionales del Campo:
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Accesibilidad de la información.
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Cambios en los hábitos alimenticios.
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Evolución tecnológica.
Hoy quiero sumar una cuarta, que en realidad se divide en dos oportunidades complementarias: contar las Buenas Prácticas Agrícolas y humanizarlas para conectar con la sociedad urbana.
1) Contar las Buenas Prácticas Agrícolas
Hace tiempo que el Campo dejó de ser solo producción para formar parte de la conversación sobre la sostenibilidad de los sistemas. Este cambio tiene un impacto real y positivo en la percepción que tienen los públicos —directos e indirectos— sobre la actividad. Pero me pregunto: ¿lo hemos comunicado lo suficiente?
La mayoría de los productores y empresas del sector, implementan buenas prácticas agrícolas y de procesos. Convertirse en voceros de estas acciones —rotación de cultivos, manejo de envases, conservación del suelo, uso eficiente de recursos e insumos, productos amigables con el ambiente, tecnología aplicada a la eficiencia, entre otras— ayuda a abrir el diálogo con ese sector de la sociedad, que aún espera conocer cómo se producen los alimentos.
Cada experiencia técnica puede convertirse en inspiradora cuando se comunica con propósito: alimentar al mundo cuidando el entorno. Cada práctica, en cada campaña, puede transformarse en una historia que conecte productores, comunidades y consumidores.
El desafío no es producir más mensajes, sino construir conversaciones que inspiren confianza y sentido. En un mundo que pide transparencia, el agro puede ofrecer: hechos reales que hablan por sí mismos.
2) Humanizar las prácticas y labores.
La trazabilidad es fundamental, pero debemos sumamos la mirada humana. Las personas, decisiones y valores que hacen posible cada alimento son una parte valiosa del relato. Contar estas historias también forma parte de la sostenibilidad.
El campo no necesita inventar historias: ya existen. Solo tiene que animarse a contarlas, integrando los esfuerzos de todos los actores involucrados para construir relatos completos, que muestren tanto la eficiencia productiva como la humanidad detrás de cada actividad.
Cuando el Campo comunica, no solo informa, sino que inspira confianza, fortalece vínculos y genera sentido para productores, comunidades y consumidores.
Unir esfuerzos.
Comunicar las buenas prácticas agrícolas y la humanidad que hay detrás de cada acción no es tarea de un solo actor: requiere que instituciones, empresas y productores trabajen juntos, construyendo relatos integrales de valor que perduren en la mente de los públicos objetivo.
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